lunes, 23 de septiembre de 2013

¡Socorro!

Surge la escena en un salón 
niñas en promoción 
momias poniendo precio 
ambigüedad. 
Alguien va presumiendo 
discreción 
flojos de pantalón 
líderes del diseño novedad. 
Son la musa que inspira 
la ambición 
sueño de libertad. 
Noches al pie del cañón 
fuerza de voluntad. 

Es una tribu de ficción 
síndrome de bufón 
héroes de novelista berbiquí. 
Provocando desprecio 
y reacción 
lucen su condición 
dueños del desparpajo frenesí. 

Son la musa que inspira 
la ambición 
sueño de libertad. 
Noches al pie del cañón 
fuerza de voluntad. 

Y tú mientras asumiendo 
rebuscando 
renegando de tu tiempo.


Ayer fue un día de shock, y hoy es un día de luto, un día triste en el que asimilo el shock tras descansar. Ayer murió alguien importante en mi vida, importante para bien o para mal, eso es lo de menos. Murió en mi corazón. Alguien que siempre dio una quinta parte en función de lo que recibió, alguien que me hizo descubrir el asco, el miedo, la vergüenza, la culpa y la imperiosa necesidad de guardar secretos dolorosos. Me enseñó a mentir y me hizo mentir, me hizo protegerle y me hizo sentir algo parecido al síndrome de Estocolmo durante años, hasta que hoy por fin puedo entenderlo todo: era una persona peligrosa, y dañina, sin duda, junto a su secuaz, la peor persona que podía haber conocido.

No sé donde andarás, ni qué harás, sólo espero que estés donde estés y hagas lo que hagas, no vuelvas a perjudicar a nadie, que hayas conseguido aprender a querer, a perdonar y a respetar y que puedas proteger ahora a los que son más débiles y ojalá, espero por el bien de tu conciencia, que estoy segura de que tienes, puedas arrepentirte de todo. Sólo ese día podrás descansar en paz.

Hay cosas inevitables. Cuando estas cosas suceden, me gusta preguntarme qué es lo que me toca aprender esta vez. Por el momento hoy no encuentro mucho sentido, tal vez, en esta ocasión no sea aprendizaje puro, si no que se trate más bien de "reubicación en el espacio", de asumir y de entender, de llorar a esa persona con la que nunca más podré tener esa relación tan extraña, de entender y asumir la decepción y lo equivocada que he estado todo el tiempo y de recordar cada una de las lágrimas que han caído derivadas de todo el embrollo, aunque termine por volverme loca.

Dudo continuamente de qué es bueno y qué es malo. Sólo me dejo llevar por intuiciones pero, visto lo visto, lo que a mí me hace sentir mejor también es inapropiado.

Hoy es uno de esos días en los que mataría por una abrazo y un "te comprendo", pero bueno... comienzo a hacerme un poco a la situación y al entorno.

Como bien te dije: Gracias por todo y de nada.

R.I.P.