Que salgo a la calle
sin nada que hacer
y pregunto al cielo
si follar o querer
y el hijo de puta...
se pone de tormenta
Que tristes son las antiguas sensaciones, volver a encontrar la obsesión. Volver al frío estival no es agradable, la historia ya resulta bastante conocida. Vuelven los retos imposibles, las ganas de volar a un mundo que no existe lleno de normas, exigencias y dolor. Voy analizándome y me vuelvo consciente, se trata de una potente anestesia para mi estrabismo. Siempre me fijo en el hombre equivocado, justo ese que no me conviene. No existe otra explicación: Cupido me hizo estrábica.
Quisiera hacer un gran borrón y comenzar de nuevo, sabiendo lo que sé, pero volver a los 3 años. Me repito contínuamente que no tengo que dejarme engatusar, se que debo ser fuerte y fría. No supe poner la barrera protectora de mi corazón a tiempo y ya es demasiado tarde. Entró dentro sin permiso y sin consideración. Es algo que él no debe saber, cuando alguien sabe tus debilidades se aprovecha, te dejas absorber y sin darte cuenta, te has consumido hasta los huesos.
La soledad está aquí a mi lado, mirándome de reojo y riéndose de mí. Todo es una fuga de ideas que va a acabar por trastornarme. En el fondo de mí, se que soy algo masoca. Mi vida es un gran círculo vicioso en el que no existen los abrazos, los besos, los mimos ni las palabras lindas. Empiezo a estar cansada de sentirme un trozo de carne. Parece que los hombres que se cruzan en mi recorrido se olvidan de que hay algo más debajo de la piel.
Hoy es otro de esos días horribles. Sólo quiero escapar. O que sepas que existo. Me duele no saber de tí y me duele aún más saber estoy pillada hasta las trancas y tú pues... bueno, siento que me ves como un trozo de carne. Es desesperante. Aunque no sé de qué me sorprendo, ya sabía que esto iba a ocurrir, estás huyendo y no te culpo.
Sólo quiero volver a mi celda. No es lo mejor está claro, pero es lo más cómodo. Estoy bien aquí, me es familiar. Duele mucho menos el cautiverio y la falta de libertad que el mundo exterior, ya me di el batacazo contra la realidad y ahora toca dar paso a la única compulsión que me calma la ansiedad.