miércoles, 18 de diciembre de 2013

Mi gitanilla...

De leña seca su ropaje,
petenera su lamento
en carne viva el carruaje 

que la lleva a sus adentros
la sonrisa despeinada 

de ir en contra de los vientos,
de ir en contra de los vientos

Empalma hasta a a los juncos 

que eran firmes antes de ser destronados
y nunca se ha corrido con el ruido 

del gentío y su existir
comadre de las musarañas, 

como en la canción del Martín
que encuentro sentido 

al seguido del punto del fin.


Me siento particularmente hornada de poder sentir la vida. Sentir la vida como una forma propia del ser, del existir, del planeta y del más allá. Me siento afortunada de poder sentir más allá de lo que se huele o se ve cuando no se busca. Hoy siento, y desde hace algún tiempo, que he encontrado un tesoro, ese tesoro se llama guía, y esta guía hace referencia a dos pilares fundamentales. 

Hoy me siento feliz, plena, reconciliada, entendida, positiva, llena de energía y eternamente agradecida con ese lugar tan especial del que emana a borbotones la energía que me recarga. Sólo mirando en esa dirección empiezo a comprender un poco el sentido de todo esto del vivir y acumular experiencias.

Qué extraño es cuando algo que no puedes tocar te hace sentir tanto, y qué extraño es no poder expresar lo reconfortante y satisfactorio de esta experiencia del alma. Siendo que he crecido algún milímetro, o tal vez sea que estoy levitando... 

Es curioso como todo lo demás pasa a ser secundario. Los problemas dejan de existir durante esa pequeña conexión. Las dudas desaparecen y ni si quiera te acuerdas de hablar. Sólo quieres sentir, sentir como el abu está aquí otra vez, vuelve a hablar, vuelve a llamarte de ese modo tan cariñoso, conserva su sonrisa, sus lunares, sus arrugas y su alegría.

No tienes ganas de preguntar, suena raro, pero no quieres saber esas típicas preguntas sobre el más allá, sólo quieres aprovechar y gritar todo el amor que sientes y un enorme ¡Te echo de menos! 

Desde su pequeña tribuna, el, te manda un beso y sientes como acaricia tu cara, después, a escasos 30cm, se aparta y se queda junto a ti, te calma y te dice que se siente orgulloso.

En ese instante sientes que eres la persona más afortunada del mundo, porque todo el amor que hemos creado no desaparece nunca, vayas donde vayas, estará siempre entre nosotros abu. 

Hoy debo decir al mundo que nunca me equivoqué, y que soy la nieta del hombre más maravilloso del mundo. Yo sí que me siento orgullosa de tí abu!!

martes, 22 de octubre de 2013

¿Qué tienes por dentro?

Buscaré tu jaula a tientas 
pa' que otra vez me mientas 
y digas que no hay carbón 
que manche mi almohada, 
que el alma me chilla, 
que salen astillas de mi corazón. 
Sube conmigo a la acera, 
verás la tiritera que da de ver el color 
que dan a la tierra los hijos de perra 
que pintan de oscuro todo corazón 
que se atreva a latir 
y quieren derribar el tronco 
de ruiseñores roncos 
donde vivimos tú y yo



¿Qué hay? Sólo vísceras, huesos y músculo. En teoría sólo es eso lo que hay detrás de la piel. Pero de dentro, de lo más profundo de cada uno, va creciendo una pequeña bola que no deja de producir chispas. Hace daño, las chispas se convierten en ganas de llorar y revuelven todo por dentro. Las tripas ocupan el sitio del corazón, el corazón ocupa el sitio de la cabeza, y la cabeza... la cabeza desaparece de la ecuación sin intenciones de volver a tomar las riendas, todo se descontrola y te dejas llevar por la corriente. Quieres frenarlo,sabes que duele, eres capaz de reconocer el dolor a kilómetros de distancia, pero no sabes que puedes hacer. Te sobrepasa. Simplemente quieres morir una vez más. Otro día horrible.

Te dejas hacer, te dejas llevar. Dejas que todo tu interior se ponga patas arriba y te quedas inmóvil, sólo lloras sin saber muy bien por qué, ya que, lo único que sabes es que no entiendes absolutamente nada.

Quieres entender, pero resulta absurdo... la bola de chispas se descontrola y sientes como estalla desde el estómago, te quema y te consume.

Justo en ese instante, encuentras la solución a lo que ocurre. Es triste y decepcionante, pero es el gran motor que ha movido todo el kaos: las expectativas.

¡¿Cómo no me dí cuenta antes?! Es una solución bastante "catastrofista", pero solución al fin y al cabo, que por cierto, viene de quien menos esperas.

Seguramente, sea por eso, que un fin de semana tras otro, tratas de destruirte por dentro. Lo más eficaz sería comenzar a darse golpes en la cabeza, así, aprovechado el desorden, se destruya el corazón.

A fin de cuentas, el corazón sólo sirve para sufrir, es lo más parecido al apéndice.

Hay veces que...

Ayer puse el sol a remojo,
quise volver a ser el perro verde,
hoy tengo los ojitos rojos,
estuve bailando con la mala suerte,
le he contado mi vida entera
brindándole al aire mi voz cazallera,
bailé en su vestido borracho de pena,
me bebí la razón, me fumé el corazón,
y no volveré a verte,
no pude juntar el agua con aceite


Hay veces que las cosas cobran una forma que no queremos... aunque no queramos, están ahí. Puede ser doloroso, disgustarnos, entristecernos... pero están ahí. Hay cosas que escapan a nuestro campo de acción y no las podemos controlar... pero continúan ahí. 

Eso me desespera. Esas situaciones que no se pueden cambiar. Resulta decepcionante el momento en el que asimilas que hay cosas que continuarán como están. 

Hay veces que el mundo parece girar más rápido de lo normal, tal vez sea sólo una cuestión de percepción o tal vez sea que la energía nos desborde y el tiempo se nos quede corto, o tal vez que los problemas broten sin avisar y nos pillen desprevenidos, dejándonos sin capacidad de reacción y tal vez, sólo tal vez, por esto nos quedemos paralizados y el mundo continúe siguiendo su curso sin tenernos en cuenta durante el transcurso de la vida cotidiana.

Hay veces que te miras frente a un espejo y no sabes quién está obsevándote con esa cara de incomprensión. Es impepinable el hecho de que estamos sometidos a un continuo cambio y resulta obvio pensar que hoy no somos la misma persona que ayer, ni la misma que seremos mañana. Tal vez, sea por eso que si nos sometemos en la aborágine de la vida sin freno no tengamos tiempo para contemplarnos y comprender que al otro lado del espejo no hay un desconocido. Son cuestiones duras que debemos aceptar.

Tal vez no sea cuestión de preguntarse quiénes somos, si no... qué queremos, qué no queremos, qué nos gusta, qué no nos gusta, qué tenemos, dónde queremos ir y cómo queremos encontrarnos. Tal vez, sea cuestión de juntar todas esas piezas y preguntarse cómo pegarlas para que encajen.

Parece tener sentido, si tenemos en cuenta que estamos en medio de una corriente dinámica que nos aporta y transforma a cada instante, que nos ayuda a aprender y a saber y lo más importante, nos enseña a pensar. Sí. Parece lógico pensarlo así si asumimos que mañana seremos alguien un poco diferente, tal vez más maduro o tal vez un poco más loco.

lunes, 23 de septiembre de 2013

¡Socorro!

Surge la escena en un salón 
niñas en promoción 
momias poniendo precio 
ambigüedad. 
Alguien va presumiendo 
discreción 
flojos de pantalón 
líderes del diseño novedad. 
Son la musa que inspira 
la ambición 
sueño de libertad. 
Noches al pie del cañón 
fuerza de voluntad. 

Es una tribu de ficción 
síndrome de bufón 
héroes de novelista berbiquí. 
Provocando desprecio 
y reacción 
lucen su condición 
dueños del desparpajo frenesí. 

Son la musa que inspira 
la ambición 
sueño de libertad. 
Noches al pie del cañón 
fuerza de voluntad. 

Y tú mientras asumiendo 
rebuscando 
renegando de tu tiempo.


Ayer fue un día de shock, y hoy es un día de luto, un día triste en el que asimilo el shock tras descansar. Ayer murió alguien importante en mi vida, importante para bien o para mal, eso es lo de menos. Murió en mi corazón. Alguien que siempre dio una quinta parte en función de lo que recibió, alguien que me hizo descubrir el asco, el miedo, la vergüenza, la culpa y la imperiosa necesidad de guardar secretos dolorosos. Me enseñó a mentir y me hizo mentir, me hizo protegerle y me hizo sentir algo parecido al síndrome de Estocolmo durante años, hasta que hoy por fin puedo entenderlo todo: era una persona peligrosa, y dañina, sin duda, junto a su secuaz, la peor persona que podía haber conocido.

No sé donde andarás, ni qué harás, sólo espero que estés donde estés y hagas lo que hagas, no vuelvas a perjudicar a nadie, que hayas conseguido aprender a querer, a perdonar y a respetar y que puedas proteger ahora a los que son más débiles y ojalá, espero por el bien de tu conciencia, que estoy segura de que tienes, puedas arrepentirte de todo. Sólo ese día podrás descansar en paz.

Hay cosas inevitables. Cuando estas cosas suceden, me gusta preguntarme qué es lo que me toca aprender esta vez. Por el momento hoy no encuentro mucho sentido, tal vez, en esta ocasión no sea aprendizaje puro, si no que se trate más bien de "reubicación en el espacio", de asumir y de entender, de llorar a esa persona con la que nunca más podré tener esa relación tan extraña, de entender y asumir la decepción y lo equivocada que he estado todo el tiempo y de recordar cada una de las lágrimas que han caído derivadas de todo el embrollo, aunque termine por volverme loca.

Dudo continuamente de qué es bueno y qué es malo. Sólo me dejo llevar por intuiciones pero, visto lo visto, lo que a mí me hace sentir mejor también es inapropiado.

Hoy es uno de esos días en los que mataría por una abrazo y un "te comprendo", pero bueno... comienzo a hacerme un poco a la situación y al entorno.

Como bien te dije: Gracias por todo y de nada.

R.I.P.

martes, 9 de julio de 2013

Hoy... es raro

He visto una luz, 
hace tiempo venus se apagó, 
He visto morir, 
una estrella en el cielo de Orión... 
no hay señal... 
no hay señal de vida humana y yo... 
perdido en el tiempo... 
perdido en otra dimensión. 


Hoy es, como digo, un día raro. Ya sabéis, hace 3 años... 
Quiero dedicar la entrada a vosotras, mis soles, estoy orgullosa de vosotras. Desprendéis luz, conseguís que se retroalimenten estas cascadas placas solares. Conseguís sacar risas incluso en un día como este.

Sois un gran apoyo para mí. Sois aire y sois fuerza. Sois las únicas personas en el mundo capaces de poner voz al silencio, de respetar las voces inapropiadas y de escuchar un hilo de voz que, en sí, no dice nada, pero que sólo vosotras entendéís. 

Este tipo de cosas, hacen que hoy no me centre en quien nos abandonó, sino en quienes seguimos al pie del cañón, sin descanso, llorando y riendo juntas.

Supongo que a estas alturas, habréis  leído el post, de todas formas, dejo aquí también el link: http://www.youtube.com/watch?v=ms_-uU4P5NA

Gracias por conseguir que los días horribles dejen de ser tan horribles.

domingo, 2 de junio de 2013

Ese preciso momento

Ponte el moño apretao, sirena,
que se joda el viento,
rompe las horquillas de espuma
y déjame que te remache sonrisas
de hierro,
de esas que disipan las brumas

Cierra los ojos por, sin prisa. Déjate llevar y no tengas miedo. Estás a solas contigo y ese momento puede ser maravilloso. No existe nada dentro de ti tan horrible, deja brotar tus pensamientos, tus sentimientos: no reprimas. Siente como salen poco a poco por tus poros. Esa sensación de liberación es fantástica. Tu dolor de cabeza remite, al mismo tiempo que la sensación de culpa. Las contracturas se van soltando, ves desaparecer los problemas, los nudos. Sentir como se alejan, notar como cae la mochila.

Ese momento es grandioso, ese justo momento en el que sientes que algo se rompe, ese momento en el que sabes que has cruzado un puente y ves como algunas cosas han cambiado su ser y dejan atrás la funcionalidad. Notas que ciertas cosas dejan de servir, ya no son tus herramientas, lo fueron en su día, pero este momento es diferente. Este es mi momento. Es el momento de hacer todo aquello que me divierte, me calma, me cuida y es el momento en el que me doy cuenta de que las cosas han cambiado.

Adoras ese kaos, esta nueva definición de kaos en la que nunca antes habías estado. Lo lógico es sentirse desubicada, pero en este caso, no funciona así. En este caso puedes ver desde la nueva barricada todo lo que se queda atrás, mientras, con sólo girar la cabeza, ves tu camino, de frente, despejado. Sientes que sacaste ese arpón. La gran espina que condicionaba tu vida. ¡Qué gran lección!

Como en una entrega de premios, en la que el galardonado sube al escenario a recibir la recompensa por su trabajo y da los agradecimientos oportunos. Así me siento ahora. Tengo mi premio, la calma, la paz, la comprensión, la capacidad de perdonar y de aceptar y el mejor de todos: la capacidad de pensar.

Mis agradecimientos, como no podían ser de otra forma son a la vida, a todos los errores que cometí, he cometido y cometeré, a todas las personas crueles, a aquellas personas que no han sabido hacer lo correcto,  a todas las cosas injustas, al hachís, a los golpes, a los gritos, a la báscula y los espejos, a mi tatuador, al mar, a la sensación de asfixia, a la impotencia, al psicoanálisis, al Che Guevara y a la revolución, a los libros, a los problemas que te llevan a pensar soluciones, a Agatha Christie y Arthur Conan Doyle, al Dr. Jekill y Mr. Hyde, a Ana, a internet y sus foros, a Sara, a los domingos, los lunes y las noches sin dormir, al autoboikoteo, al dolor, a la obsesión, a las tardes de cerveza y los días austeros manchados de café, al sueño y a los sueños, a mi primera obsesión, a las prioridades de la vida, a la coherencia, a la superación, al kaos, al orden, a los escrúpulos, a dejar lo importante para el final, a los sujetadores con relleno y la ropa interior sexy, a las clases particulares, al desorden, a la libertad de decisión, a la confianza, a los celos, a los problemas ajenos, a los tips, a los potitos jardinera, a las flores recibidas y a las que no recibí, a los Erasmus, al trabajo, a las habitaciones compartidas, al desamor, a la cama compartida y a la cama vacía, al sexo, a los cafés de Panchito, a la universidad, a la independencia, al mus, a la talla 34, a la máscara, a Maider, a la incomprensión, a Kevin, al sexo consentido, por compromiso y al obligado, a los abrazos, a la keratina, el serum y el antiojeras, a la anemia, a la fuerza, a los sabores dulces, a la depresión, al monte, a la Real Sociedad, a los niños y los bocadillos de nocilla en el parque, a la ansiedad, a Cuarto milenio, El conquistador del fin del mundo, Rubí, los protegidos, el internado y el Juego de tu vida, a la lechuga con cebolla, al licor de manzana, al vozka y al pacharán, al frío, a los atracones, a Yolanda, al autobús 33, al Talai, a las rebajas, a las tareas difíciles y a las imposibles, a las arcadas y los vómitos, al sobrepeso, al IMC, a Loli, a los Doritos y la trenza de chocolate, al puré de calabacín con huevo cocido y a la ensalada con trozos de pechuga de pollo, a 2º de Bachillerato, a la asignatura de Historia, a los mareos y el dolor de cabeza, a la Coca-Cola del Bohemia, a la pintura, a los granos, a las cicatrices, al rencor, a las putadas, a la pereza, a las imprudencias, a la Mata, al tren de Gran Vía, a Psicometría, a Hotmail y Tuenti, a mi adolescencia, a la Estellesa, al tranxilium, a Maganto, Torres y Biurrun, a los ingresos semanales, a mis amígdalas, a Fermín Calbetón, a las papeleras, a Septiembre, al bikini, a las humillaciones, al amor propio, a la debilidad, a las frases que te hacen cambiar, a Lara, a Selectividad, a OCB, al wifi, a las monjas, a los mantras, a la TFT, a la fluoxetina, el seroquel, los antipsicóticos y la venlafaxina, a los cumplidos, al pintxo-pote, a la laca y las planchas de pelo, al vacío, a la voz, a los michelines, a las expectativas, a mi Donosti querido, a Interestatal 60, a Facebook, a Skandalo, al Pro, a la minifalda, al cajero automático, a la masturbación, al agua caliente, a las decepciones, al ordenador portátil, a la vendetta, a Anonymus, a la sobreprotección, a los acantilados y las caídas, al lápiz de ojos, al metro, a Freud, al óvulo y el espermatozoide, a los turnos rotativos, a la falta de tiempo, a la distancia, a la vergüenza, al Budismo y los mandalas, a Gorka, a los ancianos, al odio, al permiso, a los cuentos de hadas, a la libertad, al sentido amplio de respirar, al punto y final, al arrepentimiento, al pasado, al 7 de Agosto, a los plazos, a los bebés, a la aportación voluntaria, a la enciclopedia, al parque, a la curiosidad, a la resignación, a las manifestaciones y las revueltas, al fuego y el incendio, a los dibujos infantiles, a la devastación, a la capacidad de reflexión, a los errores de los adultos, a las acciones malintencionadas, a las borracheras, a los Reyes Magos, a la ambición, a Papá Nöel, a los chistes, a María la tonta y Juan el listo, al chocolate Nestlé, a la superación, a la esquizofrenia, a las malas decisiones, a google, a los colores, al polideportivo, a la pérdida, a la kale borroka, a mi infancia, a las llamadas inesperadas, a las gaupasas, al verano, a la faringitis, al México, a las elecciones de corbata, a los hombres superficiales, a las mentiras, al Carrusel deportivo, al sentimiento de culpa, a wikipedia, al mp3, al todo aquello que nutre, al aprendizaje y por supuesto, al rock.

domingo, 12 de mayo de 2013

Negro


Una vez más las emociones vuelan,
sin permiso se escapan del corazón,
aunque intente doblegarlas la razón,
ya aprendí que es inútil, sólo vuelan.

Pensamientos dolorosos se cuelan
descontrolados disparan la desazón,
sólo me protege mi caparazón,
consigue que las heridas no duelan.

Para el espejo soy desconocida,
mientras cualquier resquicio de amor legro,
quisiera volverme más desnutrida.

La angustia se torna humo blanquinegro,
que expulsa el pecho suplicando vida,
diciendo al mundo que me desintegro.

Frío de Mayo

¿Por qué será? 
Que salgo a la calle
sin nada que hacer
y pregunto al cielo 
si follar o querer
y el hijo de puta...
se pone de tormenta

Que tristes son las antiguas sensaciones, volver a encontrar la obsesión. Volver al frío estival no es agradable, la historia ya resulta bastante conocida. Vuelven los retos imposibles, las ganas de volar a un mundo que no existe lleno de normas, exigencias y dolor. Voy analizándome y me vuelvo consciente, se trata de una potente anestesia para mi estrabismo. Siempre me fijo en el hombre equivocado, justo ese que no me conviene. No existe otra explicación: Cupido me hizo estrábica.

Quisiera hacer un gran borrón y comenzar de nuevo, sabiendo lo que sé, pero volver a los 3 años. Me repito  contínuamente que no tengo que dejarme engatusar, se que debo ser fuerte y fría. No supe poner la barrera protectora de mi corazón a tiempo y ya es demasiado tarde. Entró dentro sin permiso y sin consideración. Es algo que él no debe saber, cuando alguien sabe tus debilidades se aprovecha, te dejas absorber y sin darte cuenta, te has consumido hasta los huesos.

La soledad está aquí a mi lado, mirándome de reojo y riéndose de mí. Todo es una fuga de ideas que va a acabar por trastornarme. En el fondo de mí, se que soy algo masoca. Mi vida es un gran círculo vicioso en el que no existen los abrazos, los besos, los mimos ni las palabras lindas. Empiezo a estar cansada de sentirme un trozo de carne. Parece que los hombres que se cruzan en mi recorrido se olvidan de que hay algo más debajo de la piel.

Hoy es otro de esos días horribles. Sólo quiero escapar. O que sepas que existo. Me duele no saber de tí y me duele aún más saber estoy pillada hasta las trancas y tú pues... bueno, siento que me ves como un trozo de carne. Es desesperante. Aunque no sé de qué me sorprendo, ya sabía que esto iba a ocurrir, estás huyendo y no te culpo.

Sólo quiero volver a mi celda. No es lo mejor está claro, pero es lo más cómodo. Estoy bien aquí, me es familiar. Duele mucho menos el cautiverio y la falta de libertad que el mundo exterior, ya me di el batacazo contra la realidad y ahora toca dar paso a la única compulsión que me calma la ansiedad.

miércoles, 8 de mayo de 2013

El Flautista de Hamelín

¡Izquierda!
Tu no eres de izquierdas,
¡Derecha!
Tampoco de derechas,
¡Centro!
Tu eres de centro...
¡Comercial!
De centro comercial...

El dolor consigue hacerte aprender cosas que no podrían aprenderse de otro modo. En muchos casos, cosas que la mayoría de la población no es capaz de apreciar, de pararse a contemplar. El ritmo de la sociedad consumista lleva al rebaño, tal y como ocurría en el cuento del Flautista de Hamelín, al sitio que el dueño de la flauta quiere. Es necesario para ello saber tocar la flauta, tener carisma, entonces, y sólo entonces, el flautista podrá ser un pez gordo. Podrá controlar a su antojo a quienes se dejen o no quieran darse cuenta de que están siendo manejados. El convencionalismo puede llevarte a donde nunca te planteaste que estarías, pero otros sí que lo planearon por tí. Es lo más fácil, no tener que tomar decisiones, simplemente, sin pensar, se hace lo que hace el grupo. La sociedad lo acepta. Mientras tanto, existen pájaros que revolotean sobre los ratones y miran con impotencia lo que está ocurriendo. Pero claro, que puede hacer un pájaro contra un flautista. Normalmente los pájaros no se comportan como en la película de Hitchcock. Observan, se resignan y deciden hacer su vida al son se su propia música.

El rebaño puede llevar a la destrucción. Puede llevar a la deshumanización más absoluta, al caos y al desconocimiento de uno mismo. A menudo la gente aparca su identidad, se olvidan de aceptar lo que viene de frente, es demasiado frenético el ritmo del flautista, son demasiadas exigencias innecesarias. Se debe ir maquillada, vestido como los cánones marcan, si alguien desea informarse, se conforma con la información de los periódicos y del telediario, no es necesario contrastar ni investigar, es mucho más apropiado dar la información por cierta aún tratándose de falacias e incluso sospechando que puedan serlo. También se requiere cierto nivel de ignorancia, por supuesto. Cuanto menos se sepa de historia,mejor. Si el hombre no sabe de donde viene, todo lo que se luchaba y el sudor que costaba una revuelta, más allá, si ni siquiera conoce las revueltas, será más fácil que se dejen embaucar por la música de Hamelín. Es importante también que desconozcan la poesía, ya que las palabras que salen del alma son potencialmente peligrosas. La introspección puede generar una revolución, incluso puede llevar al pensamiento libre individual y a la capacidad de decisión individual, sopesada y consensuada. Evidentemente esto no le conviene tampoco a Hamelín. Por tanto, el decidirá qué música debe escuchar el rebaño, el publicará la información que más le convenga y colocará relucientes objetos materiales dentro de las vitrinas de las tiendas, visualizados por los ratones como trofeos. Así los ratones se detienen en el camino observando los escaparates, pensando y anhelando conseguir cuanto más mejor, de este modo de olvidan de quienes son, de lo que realmente les importa, de los valores y de los sentimientos.

Se trata de anestesia para cobardes. Sólo hace falta bajar a la calle y sentarse en un banco para observar como la sociedad se anestesia. Siempre consumiendo. Ya sea en una tienda o en un bar. Este último tal vez más problemático. Sencillamente se trata de trabajar como un burro, ganar cuanto más dinero mejor, consumir todo lo que se pueda y consumirse a uno mismo poniéndose excusas para evitar abandonar el cómodo bucle.Es una simple relación de dependencia, propiciada, como no, por el efecto acción-reacción, también conocido como dolor-anestesia.

Cada cual elige su método de anestesia: drogas, alcohol, consumo desmesurado o ignorancia. Todo lo que sea necesario para evitar hablar con uno mismo y habitar el cuerpo de un desconocido.

Tal vez sea más cómodo bailar al son del Flautista de Hamelín, pero resulta mucho más gratificante decidir libremente y sin anestesia lo que realmente que desea en la vida.

martes, 7 de mayo de 2013

La calma

Ya me lo decía mi madre
no te metas en camisas de once varas...


Poder soltar todo, dejarse caer y no hacerse tanto daño como esperabas. Tal vez esa sea la clave de todo. Encarar los problemas y sentirse libre. Resulta que esto no está tan mal. Hoy me di cuenta de que no me entiendes. Crees que me enfado cuando realmente estoy dolida. Lo mejor de todo es que ya no me importa, hay muy pocas cosas que me sorprendan de tí, ya hace muchos años que nos conocemos. Yo me siento en calma, tu no. Yo sé lo que siento, tu no. Es triste, pero gracias a todo este embrollo he tenido que aprender por narices a reconocer mis emociones, y gracias a todo eso ahora valoro tanto este ratito de paz. Veo que a tí no te pasa. Es más triste todavía, has tenido una vida cómoda y no has sabido aprovecharla, no sabes valorar lo que realmente vale. Vas con el rebaño de borregos y no eres capaz de comprender ni una sola palabra de lo que te digo, yo te hablo de opciones y de capacidad de decisión y tu me miras como si diría disparates. He decido dejar de preocuparme por tí, dejar de ofrecerme para hacerte favores porque ya me he dado cuenta de que no quieres nada que realmente salga de corazón. Simplemente esperaré, seguiré haciendo mi vida, al modo idealista, como tu dices, y si realmente me necesitas procuraré ayudarte. Lo cierto es que es una liberación. Espero que tu vida sea feliz en tu mansión de porcelana. Es obvio que tenemos intereses y aspiraciones muy diferentes. Para tí es imprescindible que todo esté perfectamente conjuntado, eso ni siquiera forma parte de mi lista de prioridades. Tu decides por tradición y no por convicción y eso va rotundamente en contra de mis principios. Tu quieres una boda por la Iglesia sin importarte un pimiento la religión, eso para mí es hacer puro teatro. Cuando yo digo que amo el teatro me miras asustada y dices "ya salió la bohemia". Rechazas un regalo hecho con amor y con el corazón porque no combina con la decoración de tu casa y eso, para mí, es uno de los mayores desplantes que pueda hacerte alguien que aprecias. Quieres que todo esté perfecto y te pegas contra el mismo muro continuamente porque no lo consigues, yo me di cuenta a base de palos que la perfección no existe.

Parece mentira que de la misma familia hayan salido dos personas tan sumamente opuestas.

Parece mentira que para mí tenga mucho más valor una cena que un collar de diamantes mientras que tú... estoy segura que matarías por el collar. Qué pena dan las cosas cuando todo se reduce al término "poseer" y no "disfrutar". Es la gran diferencia entre tu y yo; tu haces las cosas porque hay que hacerlas, yo hago las cosas que realmente quiero hacer. No es obligatorio estudiar una carrera si no quieres, no es necesario "independizarse" si no quieres, no es necesario casarse antes de tener un hijo, no es necesario tener una pareja. Por el contrario, tu me criticas cuando soy honesta y honrada, cuando le pido a la mujer del estanco que cobre el tabaco que se le olvidó. Sé que para ti eso es absurdo, pero mi conciencia moral ahora está mucho más presente que nunca. Tratas de convencerme para que no me haga apóstata y tus argumentos me parecen estúpidos. Hoy me siento afortunada, reflexionando me he dado cuenta de que he estudiado una carrera que amo, me apasiona y que hice con convicción y que, yo sí, terminaré orgullosa de mí, no para tapar bocas. No creo que dependa de una pareja para tomar la decisión de independizarme ni de tener hijos. Si quiero vivir sola, lo haré, yo sí puedo estar sola, a solas conmigo, escuchando la música que quiero, haciendo las labores cuando quiero, entrando y saliendo cuando quiero y disfrutando de mis amigos y mi casa ... 

Así es, hoy me siento libre, independiente, orgullosa de mí, y con ganas de seguir. Hoy es un día no horrible. Es un gran día. Ha sido un día duro pero enorme. Hoy me siento fuerte.

Gracias a quien ayer me prestó su oreja sin escandalizarse, me supo escuchar y me hizo sentir bien. Es uno de esos grandes regalos inesperados que te da la vida, uno de esos regalos mucho más valiosos que un collar de diamantes, una de esas cosas que te hacen sentir verdaderamente millonaria y afortunada. Gracias a esa oreja, creo que hoy me siento fuerte. 

Gracias por la lección.

Quisiera...

Quisiera ser un pez
para tocar mi nariz en tu pecera
y hacer burbujas de amor, 
por donde quiera

Quisiera no haber hecho daño. Quisiera no haberme hecho daño. Quisiera no cansarme. Quisiera poder ver la cara que la gente pondría si conociera cómo soy realmente. Quisiera dar marcha atrás en el tiempo, retroceder 20 años y defender a la niña siendo adulta. Quisiera ser fuerte. Quisiera morirme. Quisiera que todo esto acabara. Quisiera volver a nacer. Quisiera poder ayudar. Quisiera sentirme útil. Quisiera que todo fuera como un cuento de hadas. Quisiera no haberte conocido nunca. Quisiera olvidar. Quisiera conseguir todo lo que me proponga. Quisiera no odiarme. Quisiera que estuvieras aquí. Quisiera abandonar mi burbuja. Quisiera poder hablar. Quisiera no tener miedo. Quisiera ser lo que aparento ser. Quisiera no tener que fingir que todo marcha bien. Quisiera no agotarme tanto tratando de demostrar que estoy bien. Quisiera que supieras todo lo que me pasa. Quisiera que no me juzgaras. Quisiera estar sana. Quisiera una conversación sin prisas. Quisiera saber qué sientes. Quisiera saber el por qué. Quisiera saber. Quisiera no ser tan curiosa. Quisiera poner orden. Quisiera no llorar. Quisiera perdonarte. Quisiera ser valiente. Quisiera que te sintieras bien. Quisiera no odiar. Quisiera aceptarme. Quisiera no temblar. Quisiera que me supieras ayudar. Quisiera poder decir de corazón que todo va bien. Quisiera poder borrar todo aquello que no quiero borrar. Quisiera entenderlo. Quisiera gritar. Quisiera no tener corazón. Quisiera ser un ser racional. Quisiera ser más desconfiada. Quisiera no haber conocido el amor. Quisiera no sentir el dolor. Quisiera ser más lista. Quisiera quererte porque sé que me convienes. Quisiera dejar de quererte porque me hace daño. Quisiera ser guapa. Quisiera sentirme guapa. Quisiera ser invisible. Quisiera volar. Quisiera que me abrazaras cuando me siento sola. Quisiera que me abrazaras cuando no me siento sola. Quisiera poder verte cada mañana. Quisiera ser la Julieta de tu cuento. Quisiera sacarte de mi corazón, de mi estómago y de mi cabeza. Quisiera que todo fuera más fácil. Quisiera que no hubiera quedado gente en el camino. Quisiera estar con Sara. Quisiera no haberme rendido. Quisiera no sentirme culpable. Quisiera poder comer sin terror. Quisiera una segunda oportunidad. Quisiera dejar de amar el vacío. Quisiera no avergonzarme de mí misma. Quisiera no tener que emborracharme. Quisiera que no te emborracharas. Quisieras que te vieras como yo te veo. Quisiera paz. Quisiera verme como tú me ves. Quisiera que siempre fuera como cuando te despertaba de pequeña. Quisiera no sentir que te estoy perdiendo. Quisiera dejar de sentir que esto se me escapa de las manos. Quisiera poder hacer algo por ti. Quisiera que todo fuera como antes. Quisiera no haberte herido. Quisiera no haberte dicho cosas tan duras. Quisiera que me entendieras. Quisiera entenderte. Quisiera tenerte en un altar. Quisiera decirte que no has fracasado. Quisiera no tenerte miedo. Quisiera que estuvieras sano. Quisiera no haberte traído tantos problemas. Quisiera haberme callado. Quisiera no haber nacido. Quisiera decirte que me siento orgullosa de ti. Quisiera decirte que no merezco ser tu hija. Quisiera que fueras feliz. Quisiera que fuerais felices.

Quisiera lanzar todos estos mensajes al mundo como si se tratara de una botellita con una carta en el mar.

Buscar...

Buscas, nunca hallas nada
ninguna droga puede
calmar tu ansiedad


Así se resumen muchas cosas. Trato de pedir ayuda a veces, de forma inconsciente sé que escupo verdades. Cierto es que me agoto, no puedo seguir. En el momento en el que no puedo más deseo retomar lo cómodo, mi caparazón, mi burbuja indestructible que ya me da nombre y que pocos conocen por dentro. Es difícil, no se puede hacer una visita guiada al dolor, por ello, no puedo invitar a nadie a compartir mi burbuja. He de reconocer que me encantaría que estuvieses aquí dentro, conmigo, empachados de rock y viendo el mundo a través del mismo cristal, pero es imposible. Empiezo a tenerte un cariño demasiado fuera de lo corriente como para estorbarte. No podría explicarte que me odio, que no me soporto, que cada trozo de comida me hace sentir derrotada y estúpida. No sabes lo que es llorar delante de un plato de puré y llorar de felicidad al ver a los niños jugando en el parque y comiendo un bocadillo de nocilla, no podría explicarte lo que se siente porque hay veces en que ni yo misma me entiendo. Necesito soltar lastre al mundo, no volver a la depresión, a las ganas de quitarme del medio... quiero ser insignificante, que nadie repare en mí, no sentirme estresada ni ilusionada, ya aprendí que eso se vuelve en mi contra. 


Dicen que soy "muy madura para mi edad". Llevo escuchándolo desde que era niña, esa época en la que todo empezó y no me quedaba otra que ser una personita adulta encerrada en un cuerpo pequeño. Se ve que me acostumbré y por eso no quiero crecer. No se trata del Síndrome de Peter Pan, se trata del miedo y del horror que su`pone para mi tener que ser una persona verdaderamente adulta.

Me muero de pena al imaginar mi vida en el futuro. Es demasiado duro. Todo es complicado.

Me gustaría poder contarte lo que me pasa, pero en vez de eso, comienzo a correr hasta que desaparezco. Pienso que es mejor así, puedes tener a la chica que quieras, cualquier mujer sana.

Eso me hace darme cuenta de lo injusto que es todo, en esta vida. Supongo que una vida anterior debí de ser alguien horrible, mala, muy mala, una asesina, una dictadora, la mayor nazi de todas las nazis, alguien sin conciencia ni escrúpulos. Es el único consuelo que me queda para poder dar una explicación basada en la teoría de la compensación.

Es jodido ver como está todo a mi alrededor, todo está devastado y no se como arreglarlo. La impotencia me mata. Cuando me obligo a estar con quien me destruyó, para evitar más desastre, es .... me quiero morir.

Todo va mal: Mi padre... no se como ayudarle, yo sola no puedo. NO PUEDO Y NO SE! Mi madre  genera mal ambiente, tiene infinidad de problemas. Su vida es un desastre y me siento en la obligación moral de escuchar sus problemas, pero cuando comienza a hablar de mi padre... se me quema el corazón por dentro. Tampoco sé como ayudarla mejor. Sólo se que tenía intención de hacer las cosas bien pero ha sido una de las personas que más daño me ha hecho. Por otro lado está mi hermana, con ella tengo la relación más ambivalente de la historia.